Del 04 de septiembre al 12 de octubre de 2014
Sala Rekalde presenta Manual de uso de la artista Andrea Acosta (Bogotá, 1981), primer proyecto realizado por la plataforma Nuevos Comanditarios en el País Vasco. La plataforma, que se creó hace 20 años en Francia, invita artistas a realizar proyectos que responden a deseos y necesidades expresadas desde la sociedad civil.
Al cruzar el puente del Euskalduna, es normal pensar que la ciudad se acaba allá. Sobre todo si se lleva un mapa de la oficina de turismo, que se corta literalmente en este punto. Es difícil imaginar que tras la explanada que cierra el paso se extienden aún 2,5 km de ciudad, en dos barrios llamados Ribera de Deusto y Zorrozaurre, ocupando una fina y larga península. Hace muchos años esta tierra fue parte de la Anteiglesia de Deusto pero se decidió abrir un canal que agilizara el tráfico de barcos y evitara inundaciones. No se terminó; la antigua ribera se convirtió en una península viva, llena de talleres y fábricas. Hasta que llegó la crisis de la industria. Desde los años 80 diferentes masterplans han propuesto reconstrucciones integrales. El último encaja con la imagen modernizante, aséptica y brillante que Bilbao se ha construido durante los últimos años, ocultando que la base de su historia se cimienta en polvo de hollín, naves, minas y astilleros.
Esperando la destrucción y reedificación que tal vez nunca llegue, la península ve sus edificios deteriorarse, la naturaleza crecer en los solares; ve la ocupación de las ruinas, los pescadores plantar sus cañas en las riberas, los vecinos asar sardinas en las fiestas, los graffitis invadir las paredes; ve las naves llenarse con teatros, con empresas creativas; ve a gente marchar, a algunas personas llegar, y en la lejanía, a muchísimos habitantes de Bilbao que nunca han puesto un pie en ella, asustados por su falta de perfección.
Pero la península es en realidad una buena muestras de cómo se transforman las ciudades. La memoria de Bilbao se guarda hoy en este tipo de espacios, difíciles de leer por SU complejidad, con un lenguaje repleto de contradicciones y yuxtaposiciones. Esta complejidad ofrece la posibilidad de extrapolar lo que vemos, pues presenta simultáneamente un lugar específico y un vocabulario global de ciudad, de los choques entre naturaleza y construcción, entre función y utilización. La península nos habla de sí misma y de otros lugares que se transforman. Su lenguaje tiene la capacidad de ser local y global al mismo tiempo.
A petición de un grupo de ciudadanos y ciudadanas preocupadas por los espacios postindustriales, la artista Andrea Acosta intenta transmitirnos este lenguaje a través de sílabas, palabras y frases que son objetos, rastros y calles. Su trabajo ofrece claves de interpretación: incentiva la exploración y la búsqueda de otras riquezas ocultas, de diversas ocupaciones urbanas y usos alternativos. En general, nos revela la presencia de una memoria olvidada y abandonada, y de unos espacios con historia y enormes posibilidades de futuro, entretejida en sus lenguajes arquitectónicos, históricos, vegetales y sociales.
Pero sobre todo, nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre cómo contemplamos y vivimos la ciudad; nos propone una nueva forma de construir estos lugares a través de la mirada, reeducando nuestra forma de observar para limpiarla de lo aprendido, para así permitirnos leer los lenguajes formales e históricos que la ciudad, en todos sus espacios, nos presenta.
ANDREA ACOSTA (Bogotá, 1981) Vive y trabaja en Berlín. Estudió Arte en la Universidad de los Andes en Bogotá (2005) y posteriormente cursó una maestría de Arte en el Espacio Público y Nuevas Estrategias Artísticas en la Bauhaus Universität en Weimar, Alemania (2008). Ha realizado exposiciones, publicaciones y proyectos en el espacio público en Alemania, Austria, Bélgica, Colombia, Corea del Sur, España, Francia y Rusia entre otros. Igualmente ha participado en residencias artísticas como Le Pavillon, laboratorio de experimentación del Palais de Tokyo en París, Francia (2010) y ha recibido la beca de creación Graduiertenförderung des Freistaates Thüringen (2009) y el premio Bauhaus Hochschule Preis (2008).
La acción Nuevos comanditarios propuesta por la Fondation de France permite a la ciudadanía enfrentada a retos sociales o de desarrollo de territorios, asociar a sus preocupaciones a artistas contemporáneos mediante un encargo. Su originalidad se basa en una conjunción nueva entre tres agentes privilegiados: artista, ciudadanía y grupo comanditario, y la persona mediadora acreditada por la Fondation de France, junto con socios públicos y privados reunidos en torno al proyecto. Los comanditarios de este proyecto han sido Andrea García Crespo, Aloña Intxaurrandieta, Ismael Manterola y Mikel Martínez Vítores. www.nouveauxcommanditaires.eu
